En los seguros personales, el objeto asegurado es la persona. Se protege al individuo ante la ocurrencia de un evento que le afecte directamente, como puede ser el fallecimiento, la supervivencia, la alteración de su salud o, en algunas ocasiones, su integridad psíquica.
Un aspecto que ha ido evolucionando de la mano del ser humano, es el aumento de la esperanza de vida.
En nuestro país durante la década de los treintas, se vivía en promedio 35 años, mientras que para el 2019, la esperanza de vida tiene un promedio de 80 años, si bien la longevidad humana ha aumentado, también es una realidad que los riesgos de mortalidad siguen latentes.
El objeto de los seguros personales es proteger, amortiguar y resarcir pérdidas ante la ocurrencia de algún evento o enfermedad.